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¡QUÉ VENGA LA LUZ!
 Sigo con la costumbre de rememorar cosas del pasado ocurridas en mi pueblo, que guardo en mi recuerdo de cuando era niño o joven. La ayuda de personas muy ancianas, llenan las lagunas de mi memoria, y amplían mis conocimientos sobre estos temas, porque los hechos que trato de narrar, acontecieron en tiempos lejanos; pero existen personas y documentos que dan cuenta de ellos. Mi pretensión es entretener y avivar recuerdos del pasado.
El tema elegido: “La llegada de la luz eléctrica a Ares”:
Antes de que se trajese la luz eléctrica a Ares, como es sabido, existía el “quinqué”, inventado hacia 1.782. El quinqué daba luz a nuestros antepasados y hoy es una pieza ornamental…
A continuación aparecieron las lámparas de carburo para alumbrar las viviendas y la vía pública. Las lámparas de carburo se inventaron poco antes de 1.900 y durante muchos años, sustituyeron a las tradicionales velas y lámparas de aceite.
En España en tiempos de postguerra fueron muy empleadas en el hogar, pues por la profunda depresión vivida en nuestro país después de la guerra hizo que el uso se extendiese incluso hasta los años 60, con mayor incidencia en las zonas rurales. Sin ir más lejos en los distintos lugares de Lubre, de Ares, la luz eléctrica se instaló en el año 1.962, con aportación económica, prestación personal de los vecinos y subvención estatal.
La luz de carburo tuvo un largo recorrido en Ares. Teniendo en cuenta el año de su invención (1.900) y subsistió su uso parejo y complementario, por largo tiempo, con la luz eléctrica.
El alumbrado de carburo iluminaba los hogares y tamben las vías públicas. En los hogares a sus moradores, me los imagino rodeando el aparato productor para aprovechar al máximo su luminosidad, como si estuviesen en adoración…En las vías públicas existían unos farolillos, sujetos a las paredes de las casas, en la cabecera y final de manzana, con algunos intermedios; en el muelle sobre el pretil sujetos a unos postes de hierro que daban soporte a los farolillos. Se encendían al atardecer y se apagaban muy de madrugada. Uno de los faroleros encargado de la función de encendido y apagado fue D. José Antonio Fernández Esteiro, (conocido por “Guerrero”.)
 En el año 1.879, Thomas Alva Edison, mostró al público su lámpara de incandescencia de filamento, inventando de de esta manera la luz eléctrica que vino a reemplazar el alumbrado por gas. Fundó la Compañía de Iluminación Eléctrica de Edison. Tres años más tarde (1.882) se inauguraba el servicio de luz eléctrica de Nueva York La corriente eléctrica se producía con una dinamo movida por una máquina de vapor. El filamento que se introdujo con gas inerte en la bombilla, se pone incandescente al paso de la corriente eléctrica y así produce luz visible.
¿Cómo llegó a Ares el fascinante invento de la luz eléctrica y su aplicación?:
A Ares llegó la luz eléctrica en el año 1.924, de la mano del emprendedor-empresario, D. Ramón Vilar Fernández (el del molino); desconozco si tenía alguna otra persona asociada o era el único titular de la empresa.
El día ll de Abril de 1.924 pide permiso al Ayuntamiento para realizar la instalación del alumbrado público de la villa de Ares y cuya central estará situada en el edificio del Molino. El 5 de junio de 1.924 obtiene la autorización solicitada, para instalar una Central Termo-eléctrica de alumbrado, usos industriales así como la red de distribución de baja tensión en la villa de Ares.
El día 14 de junio de 1.924 del mismo año, D. Juan López Lourido, obtiene licencia municipal para establecer una red de conducción de energía eléctrica de baja tensión en la villa de Ares, así como la conducción de alta tensión entre la central transformadora de este pueblo y la línea general de San Bartolomé a Mugardos.
Dejamos atrás las formalidades legales administrativas y nos adentramos en la forma y manera en que se comenzó a utilizar la energía eléctrica en Ares:
Hecha la “fotofinis” se demuestra que las dos empresas nacieron al mismo tiempo, adelantándose en cosa de días el Sr. Vilar Fernández. Ello se acredita, con el párrafo que sustraemos del acta de la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento, de fecha 14 de junio de 1.924…”Y existiendo otra empresa representada por D. Ramón Vilar, que también proyecta otro tendido de distribución de electricidad, dentro de la villa de Ares, de la red conductora de energía, el alumbrado público se adjudicará a aquél de los dos que primero haya solicitado la autorización del Gobierno Civil”.
Las dos empresas se complementaban por la falta de potencia de la del Sr. Vilar Fernández, para dar servicio a la mayoría de las viviendas.
Alumbrado público de Ares: 70 lámparas, de las cuales: 2 de 60 watios; 15 de 25 watios; 53 de 2.15? watios , que servirán para alumbrar desde la puesta de sol hasta media hora de la salida. El Ayuntamiento determinará los lugares que las lámparas deben ocupar para su mayor aprovechamiento, siendo lugares preferentes la Avda. Saavedra Meneses, calle Real y Avda. Marqués de Figueroa. Fue inaugurado en el mes de agosto de 1.924 y el suministro se contrató en 900 pesetas al año, con efectos del 1º de setiembre siguiente del anterior.
Tengo a mi vista un contrato de la empresa “Electra ARESANA de JUAN LOPEZ LOURIDO con un particular, de fecha 1º febrero de 1.929, para alumbrado eléctrico de su casa, con instalación de UNA lámparas, con una intensidad total de 16 ”bujias”.
Omitimos las condiciones generales de la póliza y nos referimos a las tarifas:
Lámparas fijas a precio alzado: Lámparas de 10 bujias, 2 pesetas al mes; lámparas de 16 bujias, 3 pesetas al mes.
Transcurridos unos años, la empresa de D. Ramón Vilar, que también daba servicio la parroquia de Cervás, es absorbida por la Electra Aresana, quedando ésta como única para prestar los servicios de energía eléctrica en el municipio de Ares-.
Es fácil conocer la precariedad del servicio, la mayoría de las casas solo tenían capacidad económica para dotarse de una o dos lámparas, que recorrían las distintas estancias de la vivienda gracias a alargaderas de cable suelto que iban de un lado para otro. En casas de bajo y piso se hacía un agujero por donde se pasaba la bombilla de una planta para la otra.
Nos situamos ahora en los años 50 y sucesivos; una de las frases más repetidas en los lugares públicos en Ares, durante los frecuentes apagones era: ¡”que venga la luz que no se ve..”!.(bis). En el cine,también como forma de protesta, se golpeaban las butacas de madera por los espectadores de manera ruidosa; como a veces ocurre en el Congreso de los Diputados con los pupitres, sus señorías); salas de baile, bares, casinos y otros lugares de concurrencia pública. En las viviendas, la falta de luz provocaba desasosiego, malos humores de las gentes, quejas contra la empresa, etc...
Esto sucedía porque la empresa suministradora era “de categoría muy modesta” y contaba con pocos medios para ofrecer un servicio aceptable.
El 12 de febrero de 1.972 la Compañía Fenosa, compró la Electra Aresana y el servicio pronto se vio mejorado hasta alcanzar los niveles óptimos que disfrutamos.
No quiero finalizar esta crónica sin dedicar un cariñoso recuerdo para el único operario de la “Electra Aresana”, en Ares, D. Juan Antonio Martínez Gómez, que se ocupaba de las tareas de mantenimiento, administrativas, cobranza de recibos, etc,; estaba de guardia permanente para la atención a los usuarios. (día y noche). Destacó en esta vida terrena por su hombría de bien y ejemplar servidor público.
JESÚS VILASANCHEZ MARTÍNEZ. Año 2.011.
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